Todo lo que quieres saber (sin tener que rellenar el formulario todavía)
No. Es un nombre que elegí para dar a estas historias el espacio íntimo que merecen. Un seudónimo permite que la escritura respire sin límites… y mantiene un pequeño misterio.
No. Mis personajes ya reclaman suficiente atención: son intensos, demandantes y apasionados… aunque solo existan en la página. Las propuestas para la vida real se responden con educación, pero sin compromiso.
Muy fácil: encontrarás el enlace en la página de inicio y en varios puntos de la web. Un clic y recibirás el relato de apertura de Ecos de medianoche, directo a tu bandeja de entrada.
Relatos eróticos con mirada femenina: explícitos, sensoriales y honestos. Mujeres que desean, que deciden, que toman y sienten.
A veces camino por la fantasía, otras por la ciencia ficción o el gótico, pero siempre con un hilo común: el deseo como fuerza vital.
Me encanta conocer tus fantasías —para eso está el formulario—, pero no escribo por encargo. Las historias nacen cuando quieren, y mis personajes no comparten bien su espacio.
No. Prefiero que la piel visible sea la de mis palabras. Lo demás pertenece a otro lugar, y es mejor que así siga.
Por supuesto. El deseo no entiende de géneros, y el erotismo tampoco.
Estas historias nacen de una mirada femenina, pero están abiertas a quien quiera entrar con respeto y curiosidad.
Sí. A veces, profundamente explícito. Pero nunca gratuito.
Mi interés está en la tensión, el lenguaje del cuerpo, la emoción que permanece. El sexo aparece como debe aparecer: vivo, intenso y sin disculpas.
Puedes escribirme a través del formulario. Leo cada mensaje —con calma, con atención, y a menudo con una copa de vino cerca.
